Cántaro de El Carpio (Cordoba). El Carpio es un centro alfarero dentro de una zona de gran distribución de alfareros. La familia Cantarero, originaria de Bujalance, se fue dispersando de padres a hijos y hermanos, entre los distintos pueblos de la zona, de ahí la similitud de sus producciones en las localidades de Bujalance, Villafranca de Córdoba, Villa del Río, Cañete de las Torres, Pedro Abad y Baena (Córdoba). En el Carpio estuvieron trabajando dos primos hermanos, Salvador Cantarero, apodado “Lagarga” que dejó la profesión al principio de los años 60 y Fernando Cantarero Cuenca que trasladó su alfar Villafranca de Córdoba en 1946. Uno de sus hijos Fernando se mantuvo en este nuevo alfar, otro hijo, Juan Antonio, se fue a Alcolea de Córdoba y Francisco se estableció en Hornachuelos.
El barro de un solo tipo fino y con poco caliche comparado con los de otras localidades cercanas, lo extraían de las afueras de la localidad, del “greero”. El Cántaro de El Carpio puede ser de una o dos asas dependiendo de la tipologías y siempre sin vidriar, aunque también se hicieron en El Carpio tejas, su principal producción fue: Cántaro, cantarilla, botijo, botijas de campo, barreños, macetas, pucheros, bebederos, dornillos, etc, nunca tinajas.
Tipología del cántaro de dos asas: Forma de peonza estilizada, barro blanco verdoso, dos asas que salen altas del cuello formando un ligero arco hasta insertarse en el hombro con una pegadura en cuña y una incisión digital. Cuello alto, ancho que se abre hacia la boca que presenta un labio estrecho. Panza ancha y base muy estrecha y cóncava, que no permite mantenerlo de pie sobre el suelo. Líneas incisas hechas con peine alrededor del cuello a la altura de la incisión del asa en el hombro.
Medidas: 51,00 ctms. de alto, 32,00 ctms. de ancho por lo mas, 11.50 ctms. de boca y 7,50 ctms. de base.
Nº 3.257